miércoles, 10 de julio de 2013

El IPS y la medicina social


El IPS y la medicina social

Wirchow (1848), el padre de la Medicina Social escribió: “Frecuentemente me decepciono con las personas pero no todavía con la época. Y por eso ahora tengo la suerte de no ser un hombre parcializado y sí un hombre completo, porque mi creencia médica se unió con mi creencia política y social”.

Este es el punto: ¿hasta cuándo los asegurados y jubilados vamos a esperar que las autoridades del IPS se dignen conectar la propuesta política del gobierno con la práctica profesional e institucional?

¿Hasta cuándo los asegurados y pensionados vamos a soportar los malos tratos, la deficiente atención profesional y la crónica falta de medicamentos?
¿Hasta cuándo deberemos formar colas como mendigos que por gracia solicitan una atención, por la que hemos pagado por adelantado?

¿Hasta cuando el poder que le hemos conferido va a ser utilizado solo para provecho de unos pocos, enquistados en la inútil trama burocrática, que funciona según la lógica de los intereses de grupo?

¿Hasta cuándo habremos de soportar la arrogancia del “sirviente” que tienen los cajeros cuando nos pagan lo que en derecho nos corresponde? ¿Cuándo los cajeros se darán cuenta que tienen trabajo porque nosotros pagamos?

Eso se acabará cuando digamos basta y con decisión propia de los ciudadanos libres hagamos valer nuestros derechos. Pero no en el discurso, sino en la realidad. No mañana, sino hoy.
Ese día seremos ciudadanos realmente libres.

La burocracia del  IPS

Las prestaciones de salud del IPS tienen por objetivo preservar el desarrollo saludable del asegurado. Y esto no se conseguirá aumentando simplemente el número de médicos, enfermeras y menos aún de administrativos. Porque la salud es un “hecho social”.  

Esto quiere decir que incrementando la comunicación y la participación, se podrá conseguir más resultados que simplemente aumentando el personal. Aunque ciertamente, hacen falta más médicos y enfermeras especializadas, pero eso solo, sin la participación de los asegurados, no generará eficiencia y eficacia del Hospital Central, de las Clínicas periféricas y de las Unidades y Puestos sanitarios.

La estructura burocrática del IPS solo sirve a sus propios intereses y no a los intereses de los asegurados y jubilados. Crece con su propia lógica, y su lógica es hacer construcciones del modo más caro posible para cobrar “premios” más altos; su lógica es tener decenas de abogados, que su vez contratan a otras decenas más, para crear situaciones en las que el IPS puede ser demandado y luego perder los juicios. 
Después, a repartirse los beneficios, gozar de la buena vida. Total, hay para todos ellos, porque estamos nosotros para pagar.

La estructura piramidal del IPS

Existe un proyecto de cambio de organigrama, como parte de una supuesta reforma estructural del IPS. Pero es más de lo mismo. La burocracia interna solo sabe repetirse hasta el cansancio. Olvidan que estamos en otra época, que soplan otros vientos y que hay nuevos criterios.

Su proyecto de organigrama, de corte tradicional, responde a una concepción del Estado como una cosa unilateral y  que está en todas partes. Esto hace que la estructura piramidal, uno sobre otro, produzca una cantidad innecesaria de niveles  jerárquicos, con alto grado de formalización y mucha rigidez en la asignación de roles y funciones.

Así, las decisiones se toman tarde y mal, con demasiada frecuencia, y sobre todo, responden a la lógica burocrática que solo entiende sus necesidades y no nuestras necesidades. La burocracia está para aumentar la eficiencia y eficacia de los servicios, y si no lo hacen, pierden su sentido de ser. Es decir, están de balde porque no sirven a las necesidades de asegurados y jubilados.
¿Y qué se hace con lo que no sirve? Se lo tira a la basura: es el lugar donde deben estar los burócratas inútiles y venales.

La organización del IPS

El nuevo organigrama del IPS olvida que tenemos una nueva visión del Estado, que enfatiza una descentralización gradual, más participativa y más sensible a la sociedad, más sensible a los asegurados y jubilados.
Esto obliga a crear estructuras horizontales, flexibles y con capacidad de adaptación a situaciones cambiantes, que permitan una mayor movilidad ante las demandas de los beneficiarios.

Cuando se promueve una estructura organizacional abierta a la co-gestión, aparece la necesidad de evolucionar hacia formas estructurales horizontales y abiertas. 

¿Quiere mejorar el IPS? Empiece por instalar una estructura horizontal, más abierta a la participación y relegar la forma piramidal, por autoritaria e ineficaz.
No teman ser abiertos y participativos. Teman lo autoritario, rígido e inútil.

El IPS y la toma de decisiones

El cambio organizacional necesariamente se refleja en la toma de decisiones. En el modelo tradicional la norma jurídica es el eje alrededor del cual se toman las decisiones: los procesos decisorios son cerrados y centralizados.
Los mandos medios y operativos tienden a un apego rígido y automático a las normas y carecen de agilidad para responder a demandas crecientes.

Esta dinámica es resultado de la concentración del Poder y convierte a la vida institucional es una búsqueda permanente de ampliación de los espacios de poder: bloquea iniciativas, genera estrategias de retardo y acaparamiento de la información.

 Además, las normas deliberadamente crean un espacio de arbitrariedad del funcionario, lo cual hace que el apego a las normas sean una formalidad más, que termina por consolidar la discrecionalidad.

Es más sencillo y honesto, crear una estructura abierta a la participación y acostumbrarse cuanto antes a lo inevitable: aprender a co-gestionar, a participar y a servir.

Luis C. Simancas
Domingo, 17 de Mayo de 2009


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